¿Sabemos realmente qué es la ansiedad?

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No. No es una enfermedad, ni siquiera un problema emocional. La ansiedad, biológicamente comprendida, es un mecanismo. Etimológicamente hablando, procede del verbo «angere» (lat.), utilizado por los romanos para nominar la acción de oprimir, de estrechar. En este caso, acudir al origen del término no nos aportó mucha luz. Será mejor entonces situar nuestra atención en aspectos fisiológicos.

Como todo lo que sucede en un ser vivo, si es que no cometemos el craso error de seguir divorciando la mente del cuerpo -mismo que tantos problemas e ignorancias continúa generando-, debemos observar cómo surge un fenómeno en el cuerpo e inmediatamente buscar su correlación con el campo de lo psíquico. Superar el causalismo simplista. Comprender, de una vez por todas, que algo que nos sucede físicamente bien podría proceder de un desequilibrio emocional y viceversa. El cuerpo cuenta con estrategias para afectar el estado emocional. ¿No me creen? Conversen con alguien que padezca de disfunción eréctil. ¿Cuántos habrán visitado a decenas de urólogos sólo para constatar que su problema «físico» es en realidad emocional?

Si realmente deseamos observar el origen de la ansiedad a nivel cuerpo, debemos colocar brevemente nuestra atención en el Sistema Nervioso Autónomo (SNA). Dicho sistema cuenta con 2 áreas, a saber el Sistema Nervioso Simpático (SNS) y el Sist. Nerv. Parasimpático (SNP). Con el fin de acelerar el paso, solo les comentaré que el SNS se encarga de poner nuestro organismo a tono para huir, para escapar. Ah, perdón. Lo olvidé. Cuando dije al inicio que la ansiedad es un mecanismo, olvidé mencionar algo fundamental: es un mecanismo de evitación del peligro. Pónganle mucha atención a esto, por favor. Aquella persona que es asaltada por la ansiedad, siente algún nivel de peligro, el cual motiva dicha reacción.

Decía que el SNS está encargado de prepararnos, ya sea para combatir eso que nos genera peligro o si no, para ayudarnos a escapar. Se vale de la secreción de dos potentes estimulantes químicos: la muy conocida por todos adrenalina y la noradrenalina. Dichos componentes funcionan como mensajes, los cuales van alertando a otras áreas y sistemas de nuestro cuerpo para el acto que se avecina. Es importante aclarar que esta aceleración/descontrol producido por estos dos químicos, aún y cuando en las personas que padecen de ataques de ansiedad pareciera que no cesarán nunca, en realidad no puede durar muchos minutos. Nuestro propio cuerpo, haciendo gala de su sofisticado diseño e inteligencia propia, cuenta con un protocolo químico para contrarrestar y apaciguar la reacción química generada.

El SNP es el encargado de restablecer el equilibrio propio de nuestro cuerpo. Su tarea: llevarnos al estado original. ¿Pusieron atención en lo que acabo de mencionar? El estado original de nuestro cuerpo es el equilibrio. ¿No les dice eso algo? Nuestros desequilibrios no son naturales. No son parte de la configuración original. Poseemos un sistema altamente eficiente que fue diseñado para mantener un estado de equilibrio u homeóstasis. Voy a insistir aquí, ustedes me disculparán. Nuestro cuerpo, originariamente reconoce el equilibrio como su hábitat natural. Con la mente, es mi impresión, tendría que suceder algo similar.

Si quieren verlo así, creo que estoy de acuerdo, el SN Parasimpático se encarga de «calmar» al Simpático. De no ser así, nuestro cuerpo experimentaría un incremento vía aceleración tremendamente dañino. Es maravilloso observar cómo nuestro cuerpo actúa de modos mucho más inteligentes que nosotros mismos. El cuerpo sabe cuál es su estado propicio y lo persigue a toda costa. Tendría que servirnos de lección.

Todo lo anterior, más «médico» si se quiere, nos prepara ahora sí para intentar contestar la siguiente pregunta: la persona que sufre de ansiedad, ¿qué peligro corre?, ¿de dónde proviene esa sensación de amenaza?

Si les parece, continuamos luego…

Allan Fernández, Psicoanalista y Asesor Filosófico / Si querés sostener una consulta individual para profundizar en esto, podés contactarme a través de este enlace. También podes seguirme a través de FacebookInstagram, suscribirte a mi boletín y/o visitar mi página profesional.

9 comentarios

  1. Ana Belén Jiménez Castro

    Tengo 23 años y sufro de ataques constantes, me daba miedo la noche aunque ya lo supere , me sigue causando poco de angustia. Me dan miedo las películas de terror, caminar y sufrir accidentes o catástrofes naturales, los síntomas son terribles y sueño con dejar de sentirme así. Tuve a mi bebe hace 8 meses y al in vio fue una lucha tremenda pues la ansiedad me llaga a dominar muchas veces. Necesito sabe e que debo hacer para acabar con esto.

  2. Ana Isabel Mattey Fonseca

    Yo lo padezco y a ido acompañado de depresión, es terrible tener la sensación de correr sin parar o quedar inmóvil , tener temblores , nauseas etc . Y depender de un medicamento no sólo para controlarme , sino para dormir .,esto me está pasando ahora, pero he tenido tiempos ,incluso años de estar bien . Gracias , le llamaré ,por su conversación ,hay un mundo que no nos comprende ,espero poder compartir la próxima.

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